lunes, 16 de enero de 2017

CÓMO RECONOCER UN POEMA VANGUARDISTA

A continuación, veremos algunas señales que nos permiten identificar un texto de vanguardia. Antes de pasar a ver estos modos de reconocimiento, hay que señalar dos cosas: en primer lugar, que no puede decirse que un poema sea vanguardista porque su autor perteneció alguna vez a las van­guardias. Hubo innumerables autores (como Jorge Luis Borges, Pablo Neru­da y el mismo César Vallejo) que pertenecieron durante una época de su vi­da a las vanguardias pero que después las abandonaron. En segundo lugar, estas características pueden darse todas juntas o por separado y no siempre son suficientes para definir si un poema es o no de vanguardia.

Reconocimiento contextual: Hay un reconocimiento exterior al poe­ma que tiene que ver con la época en la que fue escrito, dónde fue publi­cado, si el autor pertenecía a las vanguardias. Si bien esto indica que se trata de un poeta vanguardista, nos dice muy poco sobre el poema.

Reconocimiento visual: A menudo, los poemas vanguardistas le otor­gan mucha importancia a la visualidad y a la espacialidad de la letra escri­ta. Uso de versos esparcidos por la página, palabras que forman imágenes, utilización de diferente tipos de letras.

Reconocimiento formal: Los poemas de vanguardia evitan las reglas tradicionales del quehacer poético: la versificación regular, la rima, las for­mas consagradas como el soneto. "Piedra negra sobre una piedra blanca", de César Vallejo, un soneto con versos endecasílabos, no sería vanguardis­ta, aunque sí puede percibirse la herencia vanguardista en la audacia de las imágenes o la violencia que se ejerce sobre el lenguaje (tan frecuente en este autor).

Violencias sobre el lenguaje: La violencia sobre el lenguaje poético se ejerce de dos maneras: o se introducen palabras ajenas al lenguaje poé­tico o se violan algunas reglas de la sintaxis.

Así se dieron los primeros pasos de la vanguardia, aunque el momento de explosión definitiva coincidió, lógicamente, con la Primera Guerra Mundial, con la conciencia del absurdo sacrificio que ésta significaba, y con la promesa de una vida diferente alentada por el triunfo de la revolución socialista en Rusia. 

Aunque no de forma rigurosa, el surrealismo apareció en escritores españoles y sudamericanos. Aleixandre o Lorca escribieron obras que se pueden denominar surrealistas. Lo mismo sucedería en autores americanos como el Pablo Neruda de "Residencia en la tierra". 

En conclusión, las vanguardias fueron corrientes de postulados innovadores e incluso radicales que dejaron una huella particular en jóvenes autores de orígenes y obras diversas. 

Por otro lado, nacieron en Hispanoamérica otros "ismos", autóctonos. El "ismo" americano por excelencia es el "Creacionismo", cuyo promotor fue el Chileno Vicente Huidobro. De España importaría Borges el ultraísmo. Así pues, las resonancias de las innovaciones vanguardistas también afectaron a los poetas hispanoamericanos.
El primer caso es bastante fre­cuente en las poesías de Oswaldo de Andrade y Oliverio Girondo; lo segun­do se observa claramente en los poemas de César Vallejo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario